miércoles, 30 de abril de 2014

El artículo de fondo de hoy, está dedicado a Ray Caesar. Un artista enigmático, sugerente, no exento de cierta morbosidad, quien a través de una plasmación de la mujer, elegante, atrevida, sensual, y glamurosa, 
invita al espectador a realizar un viaje al interior de sus deseos, anhelos y alguna que otra perversión.

El artículo,  fue publicado el número 346, correspondiente a
 Enero-Febrero de la revista Gal-Art.




La obra de Ray Caesar, es de una imaginación extraordinaria, acompañada por una técnica perfecta que, sorprende por la creación de un universo surrealista tan inquietante como hermoso, de imágenes enigmáticas, tan futuristas o decadentes como delicadas y siniestras, donde los diferentes estilos, texturas y clásica ambientación están exquisitamente conjugados, y donde la aparente inocencia de sus jóvenes personajes -reflejo de los oscuros rincones del alma humana- se convierte en perturbadora sensualidad.»



Si hay algo en lo que todos podremos coincidir, es en que Ray Caesar es uno de los mejores y más inclasificables artistas actuales, un magnífico creador de espacios y figuras, excéntricas, es cierto, y un inagotable provocador. Es como muchos de los grandes innovadores de la pintura u otras artes gráficas, un artista que no te dejan indiferente: sus obras digitales, o te gustan al instante, o te disgustan inmediatamente, no hay término intermedio. 


Ni que decir tiene que a mí, en cuanto supe de él por un comentario que dejaron en una de las entradas de música y vino.com me encantó. De su biografía, os doy algunos datos: nació en Londres en 1958; a los pocos años su familia se traslado a Canadá en donde empezó a estudiar Artes Gráficas en el Ontario College of Art & Design. Actualmente, sigue residiendo allí, en compañía de su mujer Jane y una mascota de nombre Bonnie, un extraño y poco habitual animal de compañía: un coyote.


Tuvo trabajos siempre relacionados con su especialización, el diseño, como por ejemplo en un estudio de arquitectura del que no guarda buenos recuerdos (de sus diseños, dijo, salieron edificios feísimos), en una escuela de Arte y Oficio y en una empresa de efectos especiales para cine y TV, GVFX.

De este último trabajo y gracias a sus brillantes diseños y novedosos conceptos visuales, la serie de ciencia ficción Total Recall basada en la novela de Philip K. Dick «Do Androids Dream of Electric Sheep?» (que también sirvió como guión para Blade Runner), fue nominada a los premios Emmy, Gemini y Monitor.

Compaginaba este trabajo con otro de índole menos frívola: fue fotógrafo durante 17 años en The Hospital for Sick Children de Toronto, retratando las reconstrucciones quirúrgicas de niños que habían sufrido accidentes o actos violentos. Esta etapa de su vida lo marcaría absolutamente, influyendo de forma clara en toda su obra gráfica.

Sus obras son totalmente digitales, usando modelos de diseños en 3D para manipularlas mediante un software que va incorporando texturas y formas, iluminaciones, sombras y reflejos, llegar a un resultado final de increíble realismo y maravillosa belleza plástica.

Su complejo mundo artístico lo empezó compartiendo con un grupo reducido de creadores de idéntica excentricidad y similar gusto por la provocación: la actriz, bailarina y modelo erótico bur-lesca Dita Von Teese, el cantante Marilyn Manson, la escritora y poetisa Rebecca Cook y otros artistas gráficos de idénticas inquietudes como Karen Preston, Almacan, Mark Ryden o Miriam Castillo.


Sus obras, todas ellas muy cotizadas y de complicada adquisición (al menos los originales), es una muestra extraordinaria de perfección técnica, surrealismo extremo, hermosura extraña e inquietante, decadencia mezclada con modernidad exacerbada, y perturbadora sensualidad.

Sus imágenes son técnicamente perfectas, muy elaboradas y meditadas, con mezclas de humanos con monstruos mutantes o insectos de rasgos y delicados coloridos, enigmáticos, todo ello muy emparentado con los iconos más famosos de la cultura pop.

Ray Caesar sólo exponen en las mejores galerías de arte surrealista del mundo o en la prestigiosa revista cultural Juxta-poz, especializada en obras de autores de marcado estilo oscuro y, tal vez, siniestro. Alfredo Webmaster

miércoles, 23 de abril de 2014

Entre los meses de Octubre de 2013 a Febrero de 2014, el Museo Picasso de Málaga dedicó una exposición homenaje a Hilma af Klint, pionera de la abstracción.

La revista Gal-Art se hizo eco de este acontecimiento, publicando un artículo al respecto en uno de sus pasados números. 







Hilma af Klint (1862-1944), pionera de la abstracción es la mayor exposición dedicada hasta el momento. Tras pasar por museos tan prestigiosos como el Moderna Museet de Estocolmo (donde ha recibido 185.000 visitas) y el Hamburger Bahnhof de Berlín, llega al Museo Picasso Málaga para presentar en nuestro país la obra de esta artista insólita, a través de más de 200 obras que sintetizan su compleja, consistente y radical trayectoria.













Hilma af Klint atrapada por el vivo cromatismo de su obra, por el equilibrio en sus composiciones, a menudo geométricas, y por el formato monumental de muchas de sus pinturas, a través de una abstracción prácticamente inexplorada a comienzos del siglo XX, su trabajo se compromete con representar la conexión entre lo espiritual y lo material, el micro y el macrocosmos, la luz y la oscuridad, lo femenino y lo masculino. Para ello, Hilma af Klint utiliza un delicado simbolismo pleno de referencias y significados que buscan guiar al espectador hacia una suerte de revelación.






La obra de Hilma af Klint es el fruto de su sólida formación artística, de la fuerte personalidad creativa de su autora y de su incansable inquietud espiritual. Y también es reflejo de una época, de un contexto social  muy concreto que coincide con el cambio de siglo, momento en el que Occidente se asombra ante avances científicos que evidencian que hay algo más allá de lo tangible, como los rayos X y las ondas electromagnéticas. Se trata asimismo de un momento en el que se hacen accesibles al gran público las traducciones de textos sagrados de otras creencias, lo que da lugar a corrientes de historicismo, relativismo, y en ocasiones agnosticismo.  En este ambiente de inquietud intelectual – compartida y difundida por escritores, pensadores y filósofos – se explora el ocultismo, la teosofía, o la antroposofía de Rudolf Steiner,, que pretenden dar respuesta a los interrogantes que los nuevos tiempos traen.





Al contrario que lo que sucede con la obra de Wassily Kandisky, Piet Mondrian o Kazimir Malevich, considerados por la historia académica del arte los pioneros de la abstracción, la  mayoría de estas obras nunca llegaron a exponerse mientras vivió Hilma af Klint, quien dejó escrito en su última voluntad que sus trabajos abstractos no debían mostrarse hasta veinte años después de su muerte, pues estaba convencida de que no serían comprendidos hasta entonces. Cerca de un siglo después, Hilma af Klint. Pionera de la abstracción descubre al público la figura de esta artista excepcional. La exposición es el resultado de una intensa investigación a través del conjunto de su trabajo -su legado supera las 1.000 obras-, de sus 125 cuadernos de notas, de abrir cajas que llevaban décadas cerradas. 

lunes, 14 de abril de 2014

Desde el blog de la Revista Gal-Art, os invitamos a un recorrido fotográfico por una de las ciudades más bellas, y también más retratadas de España: SALAMANCA.

Un recorrido por parajes y rincones que no por menos conocidos, no dejan de despertar la curiosidad, y de trasladarnos a una época d'esplendor, que la ciudad aun conserva.

Este artículo fue publicado en la sección Flash para un lienzo, en el número 344 correspondiente a septiembre-octubre de 2013



Hablar de Salamanca es hablar de uno de esos lugares capaces de fascinar la mirada de quien los recorre. La capital del Tormes, como un bosque de piedra dorada con las torres de sus templos alzadas sobre el río, puede llevar como pocas el calificativo de monumental con total exactitud.


Recorrer sus calles tanto en invierno como en verano, es sumergirse en el dinámico ambiente estudiantil y cosmopolita que reina en la ciudad: en invierno  los cerca de treinta mil estudiantes que cursan estudios en alguna de las dos universidades, y después los extranjeros que acuden a los cursos de verano y los turistas, son los responsables del secreto por antonomasia de su eterna juventud.








A pesar de la expansión urbanística que ha experimentado la ciudad en las últimas décadas, el centro neurálgico salmantino sigue siendo la Plaza Mayor. Construida según proyecto de Alberto Churriguera entre 1729 y 1755, es uno de los espacios públicos más elegantes que podemos encontrar en España. Está configurada en sus cuatro lados por arcos de medio punto alzados sobre pilares y recorrida por simétricas balconadas. De depurado estilo barroco posee una armonía admirable. En la aledaña Plaza del Poeta puede verse una escultura en bronce que muestra a Alberto de Churriguera sentado a una mesa de trabajo mientras es atisbado por encima de su hombro derecho por el promotor de esta maravillosa plaza José del Castillo, Conde de Francos.





Salamanca tiene dos Catedrales, La Vieja y La Nueva, merecedoras ambas de una detenida visita. Y tiene muchísimas cosas más, numerosas iglesias, conventos, colegios mayores, palacios… Pero permitidme que le dedique unas líneas a la fachada de la Universidad, esa maravilla plateresca construida hacia 1529. Este tapiz o estandarte labrado en piedra dorada de las canteras de Villamayor, como casi toda la ciudad, alza sobre una doble puerta de arcos rebajados, tres cuerpos horizontales recorridos en sentido vertical por cinco calles enmarcadas entre pilastras, todo ello coronado por una crestería, como si de un retablo se tratara. Y frente a ella, contemplándola, la estatua de Fray Luis de León del que se conserva el aula tal y como fuera en su tiempo, con toda su elocuente simplicidad.







No partiremos de la ciudad sin cruzar el puente para ver sus catedrales reflejadas en las aguas del Tormes donde el desconocido autor hiciera nacer a nuestro Lazarillo. Y dejaremos para otro momento hablar de los innumerables intelectuales que desde este lugar han dejado su impronta en la humanidad, baste citar a Francisco de Vitoria, Antonio de Nebrija, Fray Luis de León y Unamuno.

Es cierto el dicho: «Aquí se viene a aprender» Y también a aprehender el vuelo de la belleza, añadimos nosotros. El ojo avizor